Ozono intraarticular: opción frente a artrosis de rodilla, en Diario Médico

Estudio ozono

La prestigiosa publicación Diario Médico se hace eco del estudio acerca de la mejora del cartílago en la artrosis de rodilla gracias al ozono llevado a cabo en el Hospital Santa Cristina de Madrid y publicado en la Revista de la Sociedad Española del Dolor.

Fisioterapia, células madre, plasma, anestésicos... y prótesis, que suele ser el estadio final cuando otros remedios ya no funcionan. A esas soluciones intermedias se añade ahora el ozono clínico.

Un grupo de investigadores españoles coordinado por Marcos Fernández-Cuadros y Olga Pérez-Moro, del Servicio de Rehabilitación y Medicina Física del Hospital Universitario Santa Cristina de Madrid, ha publicado en la Revista de la Sociedad Española del Dolor un estudio en el que concluyen que el ozono intraarticular alivia el dolor, reduce la rigidez y mejora el espacio articular de los compartimentos medial y lateral en pacientes con artrosis de rodilla, aumentando así la funcionalidad.

Además, han observado que el ozono modula la inflamación y podría tener un efecto anabólico entre los afectados. Por su interés, la Revista de la Sociedad Española del Dolor le ha dedicado la portada y el editorial. En él, titulado 'El paradigma del ozono', Daniel Samper Bernal, destaca la novedad de los hallazgos, ya no solo a nivel clínico (mejora de los síntomas), sino bioquímico y radiológico.

La investigación se realizó sobre 115 pacientes con artrosis de rodilla de grado 2 o más con síntomas clínicos que requerían tratamiento conservador y en los que fracasó el sintomático previo. El estudio se realizó de enero de 2016 a abril de 2019. El protocolo de ozono consistió en 4 sesiones (una sesión/semana) de una infiltración intra-articular de 20 ml.

Disminuye la inflamación

No se registró ninguna reacción adversa tras el tratamiento, excepto el dolor tras la infiltración, que cedió en pocos minutos. Fernández-Cuadros, autor principal del estudio, señala que “el ozono ha sido capaz de disminuir el dolor y la rigidez, además de mejorar la función y la calidad de vida, durante al menos seis meses; la disminución de la inflamación se ha demostrado bioquímicamente: reducción de proteína C-reactiva, velocidad de sedimentación globular, y concentración de ácido úrico plasmático”.

El aumento del espacio intraarticular podría deberse al efecto anabólico que se le atribuye al ozono (liberación de factores de crecimiento, incluido IGF-1). De confirmarse estos hallazgos en una serie más grande, se podría postular al ozono como sustancia con propiedades modificadoras de la enfermedad artrósica.

Los autores están ahora realizando un estudio a nivel molecular sobre el efecto del ozono en las rodillas artrósicas, midiendo la IL-6 (citocina pro-inflamatoria) y la IGF-1 (marcador anabólico), a fin de confirmar los resultados. Pérez-Moro resume que “en nuestro estudio el empleo de ozono intrarticular ha demostrado ser un tratamiento seguro, sin efectos adversos y capaz de mejorar objetivamente biomarcadores clínicos, analíticos y radiológicos”.

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